¿Quién dice que aún no puedes ser buena chica mientras estás en encierro? Todo este tiempo libre es perfecto para practicar para hacer exactamente como me han dicho, comenzando con meo. Empajo mis bragas y el suelo, haciéndolas bonitas y goteando pero metiéndose en mi propia boca. Sofocan mis lloriqueos y se empapan aún más con mi saliva mientras me follo el coño desesperado por que sea una verdadera polla. ¡Las buenas chicas no se corren, las buenas se vuelven a poner las bragas y usarlas el resto del día!